Cerebro y fútbol: ¿cuál es el impacto real?
¿Qué sucede en el cerebro de un futbolista tras un remate o un golpe cabeza con cabeza? Te explicamos los últimos estudios, casos reales y cómo protegerte sin perder la esencia del fútbol.
El fútbol también se juega con el cerebro… y a veces lo pone en riesgo
Cada pase, cada movimiento y cada remate requieren una precisión mental que va más allá del talento físico. Sin embargo, pocos se detienen a pensar en qué ocurre dentro del cuerpo —más concretamente, dentro del cráneo— cuando un futbolista impacta una pelota con la cabeza o sufre un choque contra otro jugador.
El fútbol es un deporte de contacto. Eso lo sabemos. Lo que no se percibe tan fácilmente es que algunos de esos contactos, aunque parezcan “normales”, pueden producir microtraumatismos que afectan directamente al cerebro.
El impacto que no se ve: qué ocurre dentro del cráneo
El cerebro no está fijado al cráneo: está suspendido en líquido cefalorraquídeo, que actúa como un amortiguador natural. Pero este sistema no está diseñado para soportar múltiples impactos repetidos. Cuando un balón impacta la frente en un remate, aunque parezca ligero, ese impulso hace que el cerebro se desplace y golpee las paredes del cráneo.
Ahora imagina ese gesto repetido decenas, cientos, miles de veces a lo largo de una carrera deportiva. Aunque una sola acción no genere daño, la acumulación sí. Y ahí reside el verdadero problema.
Este tipo de impacto puede inflamar las neuronas, dañar la materia blanca y, con el tiempo, dar lugar a síntomas que no siempre aparecen de inmediato: dificultades cognitivas, pérdida de concentración, cambios de humor, e incluso enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
¿Qué dice la ciencia? Estudios que alarman
Los estudios científicos llevan más de una década alertando del peligro. El primero que encendió las alarmas fue el Centro CTE de la Universidad de Boston, que detectó daños cerebrales similares a los del boxeo en futbolistas profesionales.
A esto se sumó la investigación de The Lancet Public Health, que demostró que uno de cada 12 futbolistas suecos de élite desarrolló demencia, mientras que en la población general esa cifra era de uno de cada 20. Esto se traduce en un 62 % más de riesgo de sufrir Alzheimer u otra demencia.
Otros estudios, como el de la revista JAMA Ophthalmology, apuntan incluso más lejos: solo 10 remates de cabeza son suficientes para alterar las funciones cognitivas básicas como la memoria y la atención.
Rodrigo Cañete
Estudios que afirman las consecuencias negativas de los remates de cabeza
Casos reales: el fútbol que golpea la memoria
En esta temporada, jugadores de LaLiga como Robin Le Normand, que sufrió un traumatismo craneoencefálico en un partido contra el Real Madrid, estuvieron más de tres meses de baja, afectando no solo a su salud, sino también al rendimiento de su equipo.
Raphael Varane, ya retirado, reconoció que los repetidos golpes en la cabeza afectaron su rendimiento y fueron determinantes en su decisión de dejar el fútbol.
El caso de Gavi, el joven talento del Barça, también puso el foco en este tipo de lesiones. Un simple duelo aéreo terminó en una conmoción que lo dejó fuera del resto de la temporada.
Y aunque no todos los golpes generan bajas inmediatas, los efectos pueden estar presentes igualmente. Falta de concentración, visión borrosa, irritabilidad… son señales que muchas veces pasan desapercibidas pero impactan directamente en el rendimiento deportivo y personal.
El fútbol está cambiando, pero no todos quieren cambiarlo
En países como Inglaterra, Irlanda, Escocia y Estados Unidos, ya se ha prohibido entrenar remates de cabeza en niños y adolescentes. La idea es simple: preservar el cerebro en una etapa crítica de desarrollo.
Sin embargo, también hay quien cree que esto desnaturaliza el fútbol. Porque el juego aéreo, el cabezazo, forma parte del ADN del deporte. Entonces, ¿cómo encontrar un equilibrio entre proteger y competir?
La solución que mantiene la esencia: jugar protegido sin cambiar el juego
Aquí es donde entra Proteckthor, una innovación española desarrollada junto a la Universidad de Zaragoza. Esta cinta protectora no elimina los remates ni cambia la esencia del fútbol, pero reduce hasta un 93 % del impacto en zonas clave de la cabeza: frente, sienes y parte superior del cráneo.
Además, no altera el rendimiento. Estudios en el Laboratorio del Impacto de la Universidad de Zaragoza han demostrado que con Proteckthor el balón mantiene el 99 % de su potencia tras el remate.
Cinta de protección contra impactos
Únete a la revolución y disfruta de un fútbol más seguro sin perder fuerza en tus remates.
Jugadores profesionales como Patricia Larqué (Atlético de Madrid) o Noel y Nacha (Kings & Queens League) ya la utilizan, confiando en que la prevención es parte del alto rendimiento.
Alertas que no debes ignorar
⚠️ ¿Dolor de cabeza después de jugar?
⚠️ ¿Dificultad para concentrarte?
⚠️ ¿Confusión o lentitud mental tras un choque?
El cerebro también juega
El fútbol tiene muchos beneficios para el cerebro. Estimula la toma de decisiones, la visión periférica, la agilidad mental… Pero solo si se juega con responsabilidad.
En un deporte que evoluciona, las soluciones también deben evolucionar. No se trata de jugar con miedo. Se trata de jugar con conciencia. De entender que cada golpe suma, y que la prevención es tan importante como el talento.
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