Cuántos impactos en la cabeza tiene un futbolista

Un jugador de fútbol puede recibir entre 1.000 y 1.800 impactos de cabeza por temporada. Descubre las cifras reales, riesgos y medidas de prevención en fútbol base y profesional.

Foto de jugadora con balón de fútbol
Foto de My Profit Tutor jugadora con balón de fútbol

En el fútbol, cada cabezazo, salto o colisión suma. Lo que muchas veces pasa desapercibido —sobre todo en el fútbol base— es la cantidad real de impactos que un jugador puede recibir en una temporada.

Según diversos estudios, un niño que juega al fútbol base puede acumular entre 1.500 y 1.800 impactos de cabeza al año, sumando partidos y entrenamientos. En categorías profesionales, las cifras son igualmente sorprendentes: entre 1.000 y 1.500 remates de cabeza anuales, sin contar los choques accidentales, elevan la exposición total hasta tasas de 48,6 impactos por cada 1.000 horas de juego [1][2][3].

Estos datos reflejan una realidad que hasta hace poco era invisible: el número de impactos repetidos que sufre un futbolista a lo largo de una temporada puede ser suficiente para alterar su rendimiento cognitivo y neurológico, sobre todo cuando hablamos de niños y adolescentes en desarrolla.

Los impactos en fútbol base: cuando aprender también implica proteger

Entre los 9 y 11 años, un jugador puede recibir 6 impactos por partido y hasta 15 por entrenamiento, alcanzando esas cifras anuales de 1.500–1.800 [1].
Aquí se cuentan tanto los remates intencionados como los golpes accidentales: choques de cabeza, codazos o balonazos en jugadas aéreas.

Lo preocupante es que ya existe evidencia de descenso neurocognitivo en menores que superan los 1.800 impactos por temporada [1]. Y aunque el fútbol es un deporte de contacto, la mayoría de estas situaciones ocurren en entrenamientos, no en partidos. Se estima que entre el 60 % y el 70 % de los impactos de cabeza en fútbol base se producen durante prácticas de despeje o cabeceo [4][3].

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En competición, los impactos son más intensos, pero menos frecuentes: alrededor del 30 % al 40 % del total anual [3][2].

En el fútbol profesional, la exposición continúa

Los futbolistas profesionales están más preparados físicamente, pero eso no los exime del riesgo. En promedio, reciben más de 1.000 remates de cabeza al año, además de colisiones y choques en el juego aéreo. Algunas investigaciones recientes calculan una tasa de 48,6 impactos por cada 1.000 horas de juego, y alertan de que más de la mitad de los jugadores sufre dos o más conmociones por temporada, la mayoría sin evaluación médica [2][3].

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El resultado es un patrón acumulativo: cuanto mayor es la exposición, mayor es el riesgo de alteraciones neurológicas a medio y largo plazo [4].

Tipos de impactos y zonas más afectadas

En fútbol existen dos grandes tipos de impactos:

  • Intencionados, como los remates o despejes con la cabeza.
  • Accidentales, como los choques cabeza-cabeza o codo-cabeza, o los impactos tras caídas [1][2].

Las zonas más afectadas suelen ser la frontal y la parietal, es decir, la frente y la parte superior del cráneo, que son las que reciben el balón en un cabezazo técnico. En los golpes accidentales, pueden verse comprometidas también las sienes o la parte occipital (posterior), donde el cerebro es más vulnerable a movimientos de aceleración-desaceleración o “latigazo” [3][2]. De hecho, se estima que:

  • El 46 % de los hematomas en fútbol ocurren en la zona frontal.
  • El 25 % en la parte posterior.
  • El 20 % en la superior-lateral.
  • Y el 8 % en las sienes.
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Aunque la mayoría son superficiales, el problema está en la suma de microimpactos y el posible efecto acumulativo sobre el cerebro a largo plazo.

Infantil vs. juvenil: un salto en intensidad

A medida que los jugadores crecen, la exposición aumenta.
Los infantiles (8–12 años) registran entre 100 y 600 impactos de cabeza por temporada, mientras que los juveniles (13–18 años) pueden superar los 1.500. La diferencia se debe a que en edades mayores hay más partidos competitivos, más ejercicios técnicos de cabeceo y mayor potencia física [5][3].

En los más pequeños, hasta el 70 % de los impactos ocurren en entrenamientos; en juveniles, la proporción baja al 60 %, equilibrándose con los partidos [5].

CategoríaImpactos por temporada% en entrenamientos% en partidos
Infantil (8–12 años)100–600~70 %~30 %
Juvenil (13–18 años)600–1.500~60 %~40 %

Estos datos evidencian la necesidad de ajustar los protocolos de entrenamiento según la edad y limitar los ejercicios repetitivos de cabeceo en los más jóvenes.

Límites recomendados y medidas preventivas

La IFAB y federaciones nacionales, como la inglesa, ya recomiendan evitar los cabezazos en menores de 12 años, tanto en entrenamientos como en partidos. En edades superiores, no hay un límite exacto, pero se sugiere no superar los 1.000 remates de cabeza anuales y evitar ejercicios repetitivos en una misma sesión [6][1].

Estudios de universidades y centros médicos internacionales [7][6] han mostrado que superar ese umbral puede relacionarse con alteraciones de memoria y cognición. Por ello, la prevención, la educación técnica y el uso de equipamiento homologado —como Proteckthor, probado mecánicamente en la Universidad de Zaragoza y permitido por IFAB y FIFA— se convierten en pilares clave para la protección cerebral en fútbol base.

Proteckthor B1

La cinta para rematar de cabeza que reduce los impactos en la cabeza

Quiero jugar con cabeza

Un futuro más seguro empieza por la información

Conocer cuántos impactos recibe un jugador y cómo se distribuyen a lo largo de la temporada no es alarmismo, sino una herramienta de prevención.
El fútbol no tiene por qué ser peligroso, pero sí debe evolucionar con el conocimiento científico disponible.

Y esa evolución pasa por formar entrenadores, padres y jugadores sobre la importancia de proteger la cabeza tanto como protegemos las piernas con las espinilleras.

Referencias

  1. Díaz, Y. I. (2017). Frecuencia y efectos de impactos craneales en jugadores jóvenes de fútbol. Universidad Ana G. Méndez, Gurabo.
  2. Infobae (2025, 30 de octubre). Un estudio advierte de que la acumulación de cabezazos en el fútbol profesional puede derivar en demencias.
  3. Agencia SINC (2025). Rematar de cabeza más de 1.000 veces al año afecta al cerebro de los futbolistas.
  4. CuídatePlus – MARCA (2025, 7 de abril). Consecuencias de los golpes en la cabeza de los futbolistas.
  5. Revista Ciencia y Educación (2023). Estudio comparativo sobre impactos de cabeza en fútbol infantil y juvenil.
  6. Deutsche Welle (2024). ¿Cuántos cabezazos en el fútbol dañan el cerebro?
  7. Baptist Health (2024). Alarming brain study questions safety of tackle football for pre-teens.
  8. Stanford Children’s Health (2024). Las conmociones cerebrales por deportes varían para los niños y las niñas.
  9. Salud Digestivo (2024). Un estudio encuentra cambios mínimos en el cerebro de niños que juegan al fútbol americano.
  10. La Razón (2025, 30 de octubre). La acumulación de cabezazos en el fútbol profesional puede derivar en demencias, según un estudio.
  11. El Confidencial (2025, 19 de septiembre). Michael Lipton: el peligro de los cabezazos en el fútbol y el área cerebral más afectada.
  12. Noticias de Navarra (2025, 30 de octubre). Estudio advierte de la acumulación de cabezazos en el fútbol profesional.
  13. International Football Association Board (IFAB). (2025). Análisis sobre la prohibición de cabezazos en jugadores menores de edad.
  14. Storelli (2024). Tasas de conmoción en fútbol frente a otros deportes.
  15. Blog Proteckthor (2025). Comparativa de soluciones de protección en fútbol.
  16. Fisiología del Ejercicio (2024). Efectos de los impactos repetidos en la cabeza de deportistas jóvenes.
  17. Chalik Law (2024). Estudio alarmante sobre lesiones cerebrales y jugadores de fútbol jóvenes.