Derrames cerebrales y fútbol: ¿existe una relación real entre los golpes de cabeza y los problemas cerebrales?
Los remates de cabeza, las colisiones y los microimpactos en el fútbol pueden afectar la salud cerebral a largo plazo. Te explicamos qué dicen los estudios sobre la relación entre el fútbol y los derrames cerebrales, y cómo prevenirlos.
Los impactos repetidos en la cabeza, como los remates de cabeza en el fútbol, pueden tener consecuencias a largo plazo para el cerebro. Analizamos la relación entre el fútbol, los golpes craneales y el riesgo de derrames o daños neurológicos.
El fútbol y el cerebro: una relación más delicada de lo que parece
Durante años, los golpes de cabeza en el fútbol se consideraron parte natural del juego. Sin embargo, cada vez más estudios alertan sobre los efectos acumulativos de los impactos en el cráneo, incluso aquellos que no causan una conmoción inmediata.
Casos recientes, como el del exjugador Royston Drenthe, han reavivado el debate sobre si el fútbol —especialmente los remates y los choques aéreos— puede influir en la salud cerebral de los jugadores a largo plazo.

Qué es un derrame cerebral y por qué preocupa en deportistas
Un derrame cerebral (también conocido como accidente cerebrovascular o ACV) ocurre cuando el flujo sanguíneo hacia una parte del cerebro se interrumpe o cuando se rompe un vaso sanguíneo. Esto puede causar daños en el tejido cerebral, afectando el movimiento, el habla o la memoria.
En el caso de los deportistas, hay varios factores de riesgo que pueden aumentar las probabilidades:
- Golpes repetidos en la cabeza (microtraumatismos).
- Estrés físico intenso sin recuperación suficiente.
- Presión arterial elevada mantenida por el esfuerzo.
- Deshidratación y desequilibrio electrolítico.
- Fatiga acumulada y falta de descanso.
Los remates de cabeza: un gesto técnico con riesgos invisibles
Un jugador profesional puede llegar a realizar miles de remates de cabeza al año. Cada impacto genera una aceleración del cerebro dentro del cráneo, lo que, con el tiempo, puede provocar microlesiones en las conexiones neuronales.
Estudios de universidades como Harvard o Glasgow han demostrado que los exjugadores de fútbol presentan una mayor incidencia de enfermedades neurológicas (como demencia o encefalopatías) que la población general.
En el caso de los niños y adolescentes, el riesgo es aún mayor, ya que su cerebro todavía está en desarrollo y es más vulnerable a los impactos repetidos.
Investigación de la Universidad de Glasgow
Demostró que los futbolistas profesionales tienen un riesgo cinco veces mayor de desarrollar alzhéimer y el doble de padecer párkinson en comparación con la población general. 🔗 Link
El cuerpo avisa: síntomas de alerta que no deben ignorarse
No hace falta sufrir un gran golpe para tener consecuencias. Los siguientes síntomas pueden indicar que algo no va bien:
- Dolor de cabeza persistente o mareos después de jugar.
- Visión borrosa o sensación de “aturdimiento”.
- Dificultad para concentrarse o recordar jugadas.
- Cambios de humor repentinos.
- Náuseas o fatiga mental tras los partidos.
Si un jugador experimenta alguno de estos signos, debe detener la actividad y acudir a un especialista. Forzar el retorno al campo puede agravar una lesión invisible.
La prevención: la gran aliada del fútbol moderno
El futuro del fútbol pasa por la prevención y la educación.
Cada vez más clubes y federaciones están incorporando protocolos de protección y limitando los entrenamientos con remates de cabeza en categorías formativas.
Entre las medidas más efectivas:
- ✅ Evitar los remates en entrenamientos de niños menores de 12 años.
- ✅ Usar equipamiento protector que absorba parte del impacto.
- ✅ Controlar las cargas de entrenamiento y el tiempo de exposición a golpes.
- ✅ Educar a jugadores y entrenadores sobre los síntomas de conmoción.
Cinta para rematar de cabeza
La cinta para rematar de cabeza que reduce hasta los impactos en la cabeza
La innovación también juega un papel clave. Por eso tecnologías como Proteckthor están cambiando la forma en que los futbolistas se protegen.
El caso de Royston Drenthe nos recuerda que la salud cerebral no entiende de edades ni de categorías.
Aunque el fútbol es pasión, técnica y emoción, también exige responsabilidad. Los golpes repetidos, por pequeños que parezcan, pueden dejar huellas silenciosas en el cerebro.
La prevención, el descanso y la protección adecuada son las claves para seguir disfrutando del deporte más popular del mundo sin poner en riesgo lo más importante: la salud.
